10 de noviembre de 2005

Efectos de la humillación y la mortificación

“La humillación no sólo se debe aceptar, sino también amarla, tanto como para masticarla como un alimento, y como cuando un alimento es amargo, por cuanto más se mastica tanto más se siente la amargura, así la humillación bien masticada hace nacer la mortificación, y estos son dos potentísimos medios, esto es, la humillación y la mortificación, para salvar ciertos obstáculos y obtener las gracias que se necesitan. Y mientras parecen dañinos a la naturaleza humana, como el alimento amargo parece que quiera causar más mal que bien, así la humillación y la mortificación, pero no. Cuando el fierro es más golpeado sobre el yunque, tanto más arroja chispas de fuego y queda puro, así el alma, cuanto más es humillada y golpeada bajo el yunque de la mortificación, tanto más arroja chispas de fuego celestial y queda purgada si verdaderamente quiere caminar la vía del bien; pero si es falsa sucede todo lo contrario.”

Jesús a Luisa P. (Volumen 3)

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