30 de diciembre de 2004

La declaración de los deberes humanos.

Al fín!!!

Encontré un artículo sobre las obligaciones humanas... de Sergio Sinay* (para el diario La Nación). Trasncribo:

Quizá dentro de algunas centurias cause asombro que, al promediar el siglo XX, los países que componían las Naciones Unidas hubieran firmado una declaración de los derechos humanos. El documento, aprobado el 10 de diciembre de 1948, proclama los derechos civiles, económicos, sociales y políticos de “todos los miembros de la familia humana”.

Acaso los habitantes de ese futuro hipotético se pregunten por qué, al cabo de casi dos mil años de civilización cristiana y occidental y de muchos más de otras culturas, las personas tuvieron que recordarse a sí mismas que el solo hecho de nacer como tales las hacía acreedoras a una serie de prerrogativas vinculadas con la dignidad, la compasión, el respeto, la aceptación, la solidaridad. Con el concepto mismo de vida, en fin.

Los adultos de hoy, los que ya atravesamos la línea media de la vida, somos la primera generación de nuestra especie que vive bajo la cobertura de la Declaración de Derechos Humanos. Y en estos primeros años del siglo XXI la reivindicación de esos derechos parece cobrar una potencia y una perseverancia confirmatorias.

Esto se ve en el mundo y se vive de manera palpable en nuestra propia vida cotidiana. El trabajo, la alimentación, el voto, la educación, la salud, el salario, la antigüedad, la indemnización, la identidad de género, la sexualidad, la identidad, la paternidad, el propio origen familiar, la información en todos los campos y en todas las formas, la libertad, el libre desplazamiento y un número creciente e indeterminado de tópicos son invocados, con razón, como materia de derechos.

Asombra, de veras, la cantidad de derechos que pueden ser reivindicados. Y asombra también que durante tanto tiempo y en tantas sociedades (en muchas, lamentablemente, aún hoy) no hayan sido considerados, nombrados, exigidos ni, mucho menos, respetados. Sin embargo, hay en esta cuestión un aspecto paradójico e inquietante. Por una parte, la reivindicación y defensa de los derechos humanos nos conecta con nuestra condición humana, con la dignidad de esta condición. Por otro lado, de la manera en que dicha reivindicación tiende cada vez más a expresarse, nos disocia de un aspecto esencial de lo humano.

Quizá la conciencia humana alcance su más alto grado de expansión y de expresión cuando cada uno de nosotros pueda sentirse parte de un todo, antes que un todo entre partes sueltas. Cuando la hoja de un árbol cae, en el otoño, el árbol permanece. Sin la hoja, el árbol no hubiera sido el que es. Al morir la hoja, cesa una forma del árbol, pero no el árbol. ¿Qué es el árbol? ¿Su tronco, sus ramas, sus hojas, sus raíces? Es cada una esas cosas. Es todas. No es ninguna de ellas. Es el conjunto. Es imposible que una de todas esas partes se vea afectada sin que sea el árbol el perjudicado. Cuando una hoja enferma, el árbol está enfermo. Cuando un fruto se gesta, es el árbol el que brota. El vigor llega desde sus raíces; cuando es debilitado, ellas mueren.

El árbol no necesita aprender esto. Está en su semilla. Jamás una hoja conspira contra el árbol en nombre de su derecho al verdor perenne. Ni un tronco se desentiende de las ramas en nombre de su derecho a no ser sobrecargado. Ni una raíz se desprende del resto por su derecho a enterrarse a gusto. Hay una sabiduría, por llamarla así, secreta y natural que hace a la armonía del árbol. Cada una de sus partes es el todo y el todo es más que la suma de las partes.

En nuestros días y en nuestra sociedad, veo una tendencia creciente a invocar derechos como derechos de parte. Hay un creciente desinterés por cómo afecta esa invocación al resto del cuerpo social o de la comunidad humana, según, los medios que se utilicen. Los derechos de parte empiezan a prevalecer sobre los derechos del todo, con la creencia de que las prerrogativas de la parte que reclama son más importantes y prioritarias que las de otras ramas del mismo árbol. Si para lograr la reivindicación, otras ramas, la raíz o el mismo tronco se ven perjudicados, poco importa. A la hoja deja de importarle la rama, a la rama no le importa el tronco. Lo que en el árbol natural es sabiduría, en el árbol social es ignorancia. Como si se pudiera ser una hoja sana en un follaje enfermo.

La ciudad es paralizada por quienes reclaman sus derechos negando los de otros (a viajar, a comunicarse, a trabajar). Quienes gobiernan, piensan: “Este reclamo no es contra nosotros; es contra los empleadores”. El tronco del Gobierno se cree parte de otro árbol. Un sector de la sociedad se siente ofendido por una muestra plástica. Un funcionario, responsable de la muestra, dice: “No tengo que pedir perdón, porque no ofendí”. Una hoja del mismo árbol dijo: “Me ofendes”, pero él no la escucha. Cree que sólo lastima cuando él considera que ofende, no cuando el ofendido reclama. Trabajadores que invocan un derecho queman basura, contaminan la ciudad, enferman a sus habitantes. No se creen parte del mismo árbol, no recuerdan que respiran el mismo aire que envenenan.

Esto se multiplica hasta el infinito cuando en una sociedad la palabra “derecho” habilita para cualquier conducta y cualquier método. Pero ocurre que esa palabra forma parte de un árbol en el cual florecen también los deberes.

¿De quién se pide, en definitiva, el respeto de los derechos que invocamos? De los demás. ¿Con quién tenemos deberes? Con los demás. Ese es el costo del beneficio de vivir entre otros seres humanos. Que es, por otra parte, el único modo en que un ser humano puede vivir y trascender. Jean Daniel, un maestro del periodismo y del pensamiento contemporáneo, fundador de Le Nouvel Observateur y compañero de ideas y experiencias de Albert Camus, decía hace poco, a sus lúcidos y vigentes 84 años, que, en una sociedad democrática, los ciudadanos tienen más deberes que derechos y que recordarlo garantiza el desarrollo y la supervivencia de esa sociedad. Por su parte, el filósofo y novelista Jostein Gardner, autor de la ejemplar Historia de Sofía, preguntaba recientemente si, así como el siglo XX fue el de los derechos humanos, no debería ser el siglo XXI aquel en el cual se proclame la Declaración de los Deberes Humanos.

Acaso sea así y acaso sea urgente. Abundan los deberes olvidados o eludidos. Tienen nombres como empatía, solidaridad, aceptación, respeto, constancia, responsabilidad, compasión, presencia, ánimo de escuchar, honestidad, austeridad. Hay muchos más. Detrás de cada derecho que invocamos hay un deber. O más de uno. Y el primer deber es recordarlo. En nombre de la salud del árbol que componemos. Y de su supervivencia.

* Sergio Sinay es autor de Vivir de a dos, Las condiciones del Buen Amor y Ser padre es cosa de hombres, entre otras obras.

29 de diciembre de 2004

“Cuando quiero leer una novela, escribo una”.

Benjamin Disraeli

¿Tiempo de vacaciones?

Sí y no.

"Sí, en el sentido de que la realidad no pinta hoy como los veranos de 1988-89 (Machinea dejó de vender dólares del BCRA), 1989-1990 (González implementó el “plan Bonex”) o 2001-2002 (Duhalde con emergencia económica, devaluación, pesificación asimétrica, corralón, etc.).

No, en el sentido de que en esta fascinante Argentina, vivimos permanentemente con la sensación de que “algo grandioso puede llegar a ocurrir en los próximos 5… segundos”.

De la macro de corto plazo, le asigno importancia a la conversación referida a salarios para 2005. El resto en plena negociación, o no-negociación, según los casos, pero sin sorpresas.

La semana que viene le explicaré cómo veo a 2005.

Por ahora… feliz año nuevo y… ¡ánimo!"

J C de Pablo

28 de diciembre de 2004

Parajoda: K

No me diga que no confunde al adversario. Cuando “hablaba” con el FMI, el presidente Kirchner le decía que de ninguna manera el superávit fiscal podría superar 3% del PBI. Terminará siendo nada menos que del doble.

Milton Friedman

"No hay nada más permanente
que un aumento transitorio del gasto público."

24 de diciembre de 2004

Contralores

Leo (del verbo, no del nombre propio) en La Nación (del diario no del diario):

Se agudiza la crisis por la escasez de gasoil en el campo.

Y un centímetro más abajo:

El Gobierno controlará la venta de gasoil.

En cualquier momento el diario dirá:
A las personas les cuesta, cada vez más, ser felices.
Y un cuarto de centímetro más abajo:
El Gobierno controlará el grado de felicidad de los individuos.

23 de diciembre de 2004

Pregunto...

Por todos lados leo (y observo) sobre los "derechos humanos"... me parece bien. Pero me pregunto: ¿cuándo será el turno de las "obligaciones humanas"?

Ojo al piojo...

Uno de los dilemas que en estos días encuentra la economía es el del elevado nivel de emisión monetaria. Como consecuencia de la fuerte entrada de dólares, y ante la decisión política de no dejar muy por debajo de $ 3 el precio de la divisa, el Banco Central debió emitir bastante.

El presidente del BCRA, Martín Redrado, tenía previsto comprar a razón de 50 millones de dólares por día pero, en la mayoría de las ruedas, compró US$ 75 millones. Así, lo que se conoce como base monetaria (circulante más dinero en cuenta corriente) terminaría en diciembre un 10% por encima del nivel de noviembre.

Y eso, ¿es mucho o es poco? Sólo hay que pensar que el programa monetario de todo 2005 prevé una expansión del 18%. En caso de seguir expandiendo la moneda podrían aparecer los riesgos de inflación. Aún no se los avizora, pero habría que esperar que el Central actúe para evitarlos y rápidamente.

Del diario Clarín



Aviso con tiempo, si no arreglamos ciertas cosas esto tarde o temprano va a explotar... después no digan que no se los advertí.

21 de diciembre de 2004

Primer Puesto

La Argentina se consolidó durante 2004 como el país con mayor presión impositiva de América latina, contemplando las alícuotas de los tributos a las Ganancias y al consumo. (¡¡¡ Vamos todavía !!!) Si bien en cada uno de los impuestos hay estados con porcentajes tributarios mayores, la combinación de éstos hace que en el agregado la Argentina supere largamente al resto de los países latinoamericanos.

Pero hay algo peor. Si a estos tributos se les suman los impuestos más distorsivos del sistema argentino (el del cheque y las retenciones a las exportaciones), la presión total se eleva aún más. (... en algo tenemos que ser los primeros...)


Diario Ambito Financiero, 21-12-04

20 de diciembre de 2004

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comer.
Cuando tenga sed, mándame quien quiera beber...
Cuando tenga frío, mándame a alguien para que lo abrigue.
Cuando me disguste, ofréceme a alguien que necesite mi consuelo...
Cuando mi cruz se vuelva pesada, hazme compartir la cruz de otro.
Cuando me sienta pobre, condúceme hasta quien esté necesitado.
Cuando tenga tiempo, dame a alguien a quien pueda ayudar unos momentos.
Cuando me sienta humillado, hazme que tenga a alguien a quien alabar.
Cuando esté desanimado, mándame a quien dar ánimo.
Cuando me sienta incomprendido, mándame a alguien que necesite mi comprensión.
Cuando piense solo en mí mismo, atrae mi atención en otras personas.
Haznos dignos Señor de servir a nuestros hermanos que en todo el mundo viven y mueren pobres y hambrientos.
Amén.

Madre Teresa de Calcuta.

"El futuro tiene muchos nombres.

Para los débiles es lo inalcanzable,

para los temerosos es lo desconocido,

y para los valientes, una gran oportunidad".

Victor Hugo

El éxito

“Reír mucho y frecuentemente,
ganar el respeto de personas inteligentes y el afecto de los niños,
merecer la aprobación de críticos honestos y soportar la traición de falsos amigos,
apreciar la belleza,
encontrar lo mejor en los otros,
dejar el mundo un poco mejor, ya sea por medio de un niño sano, un jardín arreglado o una condición social redimida,
saber que al menos una vida ha respirado más fácilmente porque vos has vivido,
esto es haber sido exitoso."

Ralph Waldo Emerson

16 de diciembre de 2004

Camino de Santiago

No está de más... un artículito que escribió Enrique Cristofani (presidente del Bco Río)


Meses atrás, junto a mi mujer y con un grupo de amigos, tuvimos el privilegio de hacer el Camino de Santiago, verdadero contacto con los orígenes apostólicos de nuestra tradición cristiana.

Se denomina así, Camino de Santiago, por ser la ruta que conduce a la tumba del apóstol, la que se encuentra en la misma catedral de la ciudad que lleva su nombre: Santiago de Compostela. En el siglo IX, durante el reinado de Alfonso II, se determinó el sitio en que el santo había sido inhumado, en los alrededores de Padrón, próximo a Finisterre, lugar que debe su nombre a la creencia de que hallaba en el fin occidental de la Tierra. Es el final del recorrido que realizó el apóstol en su misión evangelizadora.

Santiago de Compostela, desde ese descubrimiento, se convirtió en un centro de trasvasamiento cultural y en uno de los más grandes destinos de peregrinación del mundo. Como el recorrido se efectúa a través del campo (per agrum, en latín), a quienes concurrían se los empezó a llamar "peregrinos".

Así, el Camino de Santiago ha significado una valiosa vivencia personal. Recorre paisajes de inigualable belleza, entre las más atractivas de España, además de fuentes de entrañables tradiciones históricas y culturales.

A lo largo de los 110 km de caminata, uno tiene tiempo de reflexionar y compartir pensamientos.

Cuando empieza el recorrido, se tienen objetivos concretos: llegar y, además, que todo el grupo lo consiga. El camino es único; no tiene atajos. Es más fácil hacerlo en equipo.

Se alcanza el objetivo después de cumplir varias etapas. Hay subidas y bajadas. Hay puentes que unen. Se tiene dependencia de cosas simples como el agua.

Se mira hacia adelante y se pisa sobre seguro. Se recorre el camino con esperanza. Se valora la tradición de los que lo hicieron antes. Todos los días se vuelve a empezar. Alcanzar el objetivo depende del grupo. El peregrinaje no es "mío"; es "nuestro".

La comparación con la Argentina surge naturalmente. Caminos, subidas y bajadas, esfuerzo, cansancio y, a su vez, esperanza sensata y compromiso.

Fragmentación

Muchas veces miramos para atrás a pesar de nuestros fracasos del pasado. No tenemos objetivos claros, no tenemos políticas de largo plazo. Tenemos visión de corto plazo. Son pocos los que tienden puentes.

Somos una sociedad y una dirigencia fragmentada. Somos escépticos; pareciera que no somos conscientes de la profecía autocumplida. No tenemos conciencia de la incidencia de nuestras acciones u omisiones en el resto de la sociedad. Nos gustan los atajos, que a la larga nos pierden del camino y del destino.

Las enseñanzas del camino son simples y concretas. Mirar hacia el futuro; ponerse objetivos de largo plazo como políticas de Estado. Estos objetivos tienen etapas bien definidas. No busquemos atajos. Simplemente analicemos qué hicieron aquellos equipos, aquellos países a los que les va bien. Copiemos lo que está estructuralmente bien hecho y utilicemos nuestra creatividad para acelerar nuestra velocidad de crecimiento.

Construyamos puentes dentro de la sociedad y su dirigencia. Trabajemos en equipo. Busquemos la eficiencia, más que discutir ideologías. Caminemos trabajando con realismo pero también con optimismo. Pongámonos objetivos ambiciosos sabiendo que los alcanzaremos simplemente dando los pasos necesarios. Comprometámonos con la palabra "nosotros".

Entre nosotros y por nosotros, empecemos a recorrer este camino de la Argentina.

Mentiras que envilecen...

Del diario La Nación:

"Las fiestas de fin de año y el comienzo de 2005 no serán tan felices como quiere el Gobierno. Los aumentos que recibirán los empleados públicos y privados y los jubilados tendrán como contracara alzas en el precio de los cigarrillos, los taxis y el gasoil, cuyo impacto se hará sentir con más fuerza en el índice de inflación de enero."


Traduzco: "Muchachos, somos tan generosos que les vamos a aumentar los sueldos, porque nosotros así lo queremos, en $ 100... eso sí, y dado que nada es gratis, le vamos a retirar de su bolsillo, y sin que se de cuenta quién lo hace, otro tanto (o más) a través de un impuestito llamado inflacionario. Ah! ... y dicho sea de paso, es un impuesto altamente regresivo (o sea: afecta más a los pobres que a los ricos".

Sigamos... (justifico lo anterior):

"Es muy difícil que en materia de precios se repita lo que sucedió este año con una inflación tan baja, especialmente porque todavía hay muchos rubros que vienen con aumentos postergados, como en el caso de las tarifas de los servicios públicos"


Ya hemos rebotado lo suficiente (típico luego de una maxi-devaluación). Ahora vamos a ver cómo salimos del desastre estructural en el que estamos inmersos. Redrado (el presi del BCRA) dice: "no hay brote inflacionario". A mi parecer, y respaldándome en conceptos básicos de economía, cuando se está cerca de la capacidad plena (la oferta se vuelve casi perfectamente inelástica (vertical)) un tirón (aumento) de demanda (léase: aumento del gasto público o privado) provocará aumento en los precios. Sumemos el aumento en el precio de bienes de máxima complementariedad general como los combustibles y las tarifas de los servicios públicos...
Sumemos la inyección de $ que diariamente se produce por la compra de U$S por parte del BCRA (aunque en parte esterilizados vía emisión de LEBACs y otros).
¿Redrado tendrá razón?
Si analizo la lógica: "causa - efecto" soy pesimista.
Por el bien de los que menos tienen, soy optimista.

termina:

... un probable aumento de los precios en enero se explicaría por factores estacionales y asimismo había descartado de plano un rebrote inflacionario provocado por la decisión oficial de incrementar los salarios para los empleados públicos y privados. "La Argentina no tiene presiones inflacionarias", señaló anteayer Redrado.

Mmmm...

Que el Estado obligue a invertir, porque los privados no lo harían espontáneamente, en función de lo que está haciendo el Estado (en base a la energía eléctrica entre otros), vuelve a plantear el caso del muchacho que mató a sus padres, lo metieron preso, fue condenado, y cuando le iban a dictar la sentencia, le pidió clemencia al juez en el nombre de que él era… huérfano.

15 de diciembre de 2004

Pensando desde las sombras.

En el diario Clarín encontré el siguiente artículo. Su lectura (es decir, mi lectura del tal artículo) movilizó en mí demasiadas cosas, a tal punto de tener que ir al le toilette.
Hoy (¿más que nunca?) el mito de la caverna de Platón sigue vigente. Se vive en las sombras, por lo tanto se piensa en ellas y desde ellas.
Si ud es de vientre flojo... asegúrese antes de continuar.
Y con Uds !!! el gran pensador del Clarin! (Cito textualmente)


"La Iglesia, los derechos y las garantías


Ultimamente la Iglesia Católica ha intervenido con inusual intensidad en controversias que, curiosamente, no pertenecen al ámbito religioso. Condenó la muestra del reconocido León Ferrari en el Centro Recoleta y hasta fanáticos al grito de "Cristo Rey" rompieron algunas obras de arte.
Y reprendió indignadamente al Gobierno porteño por permitir que la exposición se realizara en un ámbito municipal. Hubo amenazas tan violentas, que la muestra debió cerrar durante un par de días.

Días después hubo otro indicente: ésta vez militantes católicos a las trompadas, insultos y empujones impidieron una conferencia de prensa que iba a dar en el Centro Cultural San Martín una médica holandesa pro abortista, que recorre el mundo en un barco clínica donde practican ese tipo de intervenciones. Uno de los agredidos debió ser hospitalizado. Ahora la Iglesia se opone firmemente a la ley de Educación Sexual en Capital, como antes bregó contra la ley de Salud Reproductiva y como sigue condenando al preservativo en la lucha contra el sida.

Si bien la Constitución de la Nación Argentina estipula que el Estado Federal sostiene al culto católico, consagra, entre los derechos y garantías del ciudadano, tanto la libertad de culto como la de expresión. Algunas de estas actitudes de la Iglesia parecen olvidar que esos derechos y garantías ya no son materia de discusión. Están establecidos y hay que cumplirlos porque así lo determina el cuerpo legal que constituye la Nación. Desde luego, nada le impide a la jerarquía católica instruir y ordenar a sus fieles para que no vean la muestra de Ferrari, cultiven la castidad, se abstengan de consumir pornografía, crean decididamente en Adán y Eva y en los Reyes Magos, ni piensen en el aborto y no les digan una palabra a sus hijos acerca de la sexualidad. Lo que no hay derecho es que en nombre de una fe se quiera silenciar la libertad ajena. Porque inquisición y democracia son incompatibles. Por los siglos de los siglos."

El "periodista" es Marcelo A. Moreno.

Se podría responder en varios colosales tomos...

Que Dios nos ilumine!!!

14 de diciembre de 2004

Vamos bien, Animo!!!

Más allá de sus diferencias políticas, todos los gobiernos desde la recuperación de la democracia han coincidido en su estrategia económica en dos puntos: aumentaron el gasto público y los impuestos. Tal vez la única diferencia es que algunos utilizaron el impuesto inflacionario más que otros.

Se sigue cumpliendo con exactitud la observación de Juan Bautista Alberdi en 1856: "Hasta aquí el peor enemigo del país ha sido la riqueza del fisco. Somos países de complexión fiscal, pueblos organizados para producir rentas reales. Después de ser máquinas del fisco español, hemos pasado a ser máquinas del fisco nacional; he ahí toda la diferencia. Siempre máquinas serviles de rentas, que jamás alcanzan porque la miseria y el atraso, nada pueden redituar."


Para los argentinos, siempre que los paguen, los impuestos representan entre el 55% y el 66% de su gasto total. Es decir, que trabajan para el Estado desde el 1º de enero hasta el 31 de julio o hasta fin de agosto, dependiendo del nivel de ingresos, y sólo después trabajan para ellos y sus familias. ¿Qué tal? De alguna manera todos somos empleados estatales... pero no todos tenemos sus beneficios...

La Argentina, a mil años de Irlanda

Es el titulo de un artículo del diario La Nación, que me pareció interesante por el país con que se compara y porque el autor (Cachanosky) me merece mucho respeto.

Entre otras cosas dice:
"El drama que tenemos en la Argentina es que permanentemente pretendemos inventar sustitutos para no hacer las cosas bien. En su momento se intentó sustituir las reformas estructurales con el blindaje y el megacanje. Luego se sustituyó la reducción del gasto mediante la devaluación. Ahora queremos sustituir la ausencia de inversiones con incrementos de salarios por decreto. Mal que les pese a muchos, los argentinos tenemos que meternos en la cabeza que el salario real no es función de la bondad del gobierno de turno o de la caridad empresarial. Es función de la cantidad y calidad de las inversiones que tenga un país. Y es en este punto donde el Gobierno tiene un error de estrategia fenomenal, porque con este modelo de crecimiento jamás va a conseguir inversiones en cantidad y en calidad."

Y un poco más abajo:

"Invertir en banderitas.
Para llevarlo al absurdo y que se entienda. Por ejemplo, podríamos bajar la tasa de desocupación eliminando los mails y los teléfonos, y reemplazar esos sistemas de comunicación con gente parada en las terrazas de los edificios transmitiendo mensajes de un lado a otro con banderitas en las manos. El stock de capital serían las banderitas que vendrían a reemplazar a las computadoras y los teléfonos. ¿Alguien puede afirmar que invertir en banderitas implica tener un stock de capital que mejora la calidad de vida de la población? Pocos días atrás le pregunté al embajador de Irlanda en la Argentina, Kenneth Thompson, qué había motivado a la dirigencia política irlandesa a cambiar el modelo económico que tenían. La respuesta fue muy concreta. En primer lugar tomaron conciencia de que no podía seguir con tasas de desocupación del 17% como habían alcanzando y en segundo lugar, se dieron cuenta que no podían vivir, textuales palabras, "encerrados como un caracol". Vivir aislados del mundo los conducía a más pobreza y más desocupación. Hoy Irlanda tiene un ingreso per capita de US$ 36.000 anuales, 10 veces más que la Argentina. En los últimos 70 años, el ingreso per capita de Argentina creció al 1% anual. Si Irlanda no creciera más en su ingreso per capita y nosotros seguimos a este ritmo de mejora, en 980 años podemos llegar a alcanzarlos. ¿No nos convendría ensayar algo diferente a lo que venimos haciendo? "

10 de diciembre de 2004

Banco Nación, nuestro banco

Cito a Juan Carlos de Pablo, mas... "nihil novo sub sole"!!!:

"Ahora que lo recapitalizaron con fondos de los contribuyentes; ¿no es cierto que -como dice la publicidad- el Banco de la Nación Argentina es nuestro banco?"

9 de diciembre de 2004

A ver qué pasa

Buenas, si es que así empezar puedo...

Aquí me pongo a buscar, al compás de la vida.
Sembrando preguntas, y cosechando respuestas.
Buscar, buscar,... y no desfallecer.

Me encomiendo a la Santísima Virgen, en quien deposito mi vida y mis búsquedas todas. AMEN