30 de septiembre de 2005

La alta estima del silencio y el recogimiento.

Guardini tendía al silencio por una especie de gravitación espiritual. "El recto callar es el contrapolo viviente del recto hablar. Pertenece a ello como el inspirar al expirar" [1]. Al oir sus conferencias y homilías, se tenía la impresión de que sus palabras procedían siempre del silencio de la meditación asidua y recogida. "Se nota en el que habla si viene del silencio o no. Lo que proviene del silencio tiene plenitud y riqueza (...). Hablar sin silencio se convierte en cháchara. Sólo en el silencio brota la vida, se adensa la energía, se clarifica la interioridad, y los pensamientos e imágenes logran una forma precisa. Cuando se habla desde el silencio, lo que pensamos interiormente adquiere su forma auténtica"[2].


[1] Cf. Briefe über Selbstbildung, M. Grünewald, Maguncia 1930, p. 130.
[2] Cf. O. cit., p. 131.

28 de septiembre de 2005

Como el eco

En la introducción sinfónica de sus rimas (ver post anterior), termina diciendo:

"Si morir es dormir, quiero dormir en paz en la noche de la muerte sin que vengáis a ser mi pesadilla, maldiciéndome por haberos condenado a la nada antes de haber nacido. Id, pues, al mundo a cuyo contacto fuisteis engendrados, y quedad en él como el eco que encontraron en un alma que pasó por la tierra, sus alegrías y sus dolores, sus esperanzas y sus luchas."

Bécquer

27 de septiembre de 2005

¿Qué queda para mí?


"Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo.

Fecunda, como el lecho de amor de la miseria, y parecida a esos padres que engendran más hijos de los que pueden alimentar, mi musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin número, a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serían suficientes a dar forma.

Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse al beso del sol en flores y frutos.

Conmigo van, destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede otro rastro que el que deja un sueño de la media noche, que a la mañana no puede recordarse. En algunas ocasiones, y ante esta idea terrible, se subleva en ellos el instinto de la vida, y agitándose en terrible, aunque silencioso tumulto, buscan en tropel por donde salir a la luz, de las tinieblas en que viven. Pero, ¡ay, que entre el mundo de la idea y el de la
forma existe un abismo que sólo puede salvar la palabra; y la palabra tímida y perezosa se niega a secundar sus esfuerzos! Mudos, sombríos e impotentes, después de la inútil lucha vuelven a caer en su antiguo marasmo. Tal caen inertes en los surcos de las sendas, si cae el viento, las hojas amarillas que levantó el remolino.

[...] ¡Anda, pues! andad y vivid con la única vida que puedo daros. Mi inteligencia os nutrirá lo suficiente para que seáis palpables. Os vestirá, aunque sea de harapos, lo bastante para que no avergüence vuestra desnudez. Yo quisiera forjar para cada uno de vosotros una maravillosa estrofa tejida de frases exquisitas, en las que os pudierais envolver con orgullo, como en un manto de púrpura. Yo quisiera poder cincelar la forma que ha de conteneros, como se cincela el vaso de oro que ha de guardar un preciado perfume. ¡Mas es imposible!"

Gustavo Adolfo Bécquer

El juego estentacular.

Y siguiendo con más del último post, dice el diablo:

El "Jesús histórico", pues, por peligroso que pueda parecer para nosotros en alguna ocasión particular, debe ser siempre estimulado. Con respecto a la conexión general entre el cristianismo y la política, nuestra posición es más delicada. Por supuesto, no queremos que los hombres dejen que su cristianismo influya en su vida política, porque el establecimiento de algo parecido a una sociedad verdaderamente justa sería una catástrofe de primera magnitud. Por otra parte, queremos, y mucho, hacer que los hombres consideren el cristianismo como un medio; preferentemente, claro, como un medio para su propia promoción; pero, a falta de eso, como un medio para cualquier cosa, incluso la justicia social. Lo que hay que hacer es conseguir que un hombre valore, al principio, la justicia social como algo que el Enemigo (Dios) exige, y luego conducirle a una etapa en la que valore el cristianismo porque puede dar lugar a la justicia social. Porque el Enemigo no se deja usar como un instrumento. Los hombres o las naciones que creen que pueden reavivar la fe con el fin de hacer una buena sociedad podrían, para eso, pensar que pueden usar las escaleras del Cielo como un atajo a la farmacia más próxima. Por fortuna, es bastante fácil convencer a los humanos de que hagan eso. Hoy mismo he descubierto en un escritor cristiano un pasaje en el que recomienda su propia versión de cristianismo con la excusa de que "sólo una fe así puede sobrevivir a la muerte de viejas culturas y al nacimiento de nuevas civilizaciones". ¿Ves la pequeña discrepancia? "Creed esto, no porque sea cierto, sino por alguna; otra razón." Ese es el juego.

22 de septiembre de 2005

Querida patria

Una vez, descansando en el Manzano histórico, escuché responder a un conocido, tras la pregunta "¿cuán significativo es este manzano?", que ese árbol era más importante que la Virgen María.

No pude hacer menos que levantarme e irme... (en ese orden).

A lo largo de mi ¿corta? vida, me he topado con numerosos personajes de tales características.

Su primer valor: LA PATRIA.
Su segundo valor: ........ ¿hay otro? Porque Dios deja de ser un valor (EL VALOR, si es que se me permite tal atributo), y pasa a ser un medio. Un medio que ayude y sostenga el "dios" PATRIA.

Es triste...

Quiero a mi patria, que es la que me ha cobijado, la que me ha alegrado y por la que también he sufrido. Pero no me lo imaginé nunca a Dios diciendo: "Bueno, muchachos, del paralelo 23 para allá es el país A y para este otro lado el B"... "la gente del A, por favor, trate de odiar y dominar a B y los de B otro tanto con A"... y no sé qué cantidad de yerbas habrán aspirado estos simpáticos personajes para imaginar vaya uno a saber qué cosas. Y por supuesto, también ese honorable patriotismo se traslada a la forma de vestir, por lo que si te ven con corbata o con jean (o en el peor de los casos con ambas) te rotulan, como mínimo, de traidor a la patria.

A toda esta mediocre introducción me impulsó el siguiente fragmentito de C. Lewis en su "Cartas del diablo a su sobrino", en el que un diablo le aconseja a su sobrino (otro diablo) cómo ganar adeptos (humanos) para el fuego eterno :

"Adopte lo que sea, tu principal misión será la misma. Déjale empezar por considerar el patriotismo o el pacifismo como parte de su religión. Después déjale, bajo el influjo de un espíritu partidista, llegar a considerarlo la parte más importante. Luego, suave y gradualmente, guíale hasta la fase en la que la religión se convierte en meramente parte de la "Causa", en la que el cristianismo se valora primordialmente a causa de las excelentes razones a, favor del esfuerzo bélico inglés o del pacifismo que puede suministrar. La actitud de la que debes guardarte es aquella en la que los asuntos materiales son tratados primariamente como materia de obediencia. Una vez que hayas hecho del mundo un fin, y de la fe un medio, ya casi has vencido a tu hombre, e
importa muy poco qué clase de fin mundano persiga. Con tal de que los mítines, panfletos, políticas, movimientos, causas y cruzadas le importen más que las oraciones, los sacramentos y la caridad, será nuestro; y cuanto más "religioso" (en ese sentido), más seguramente nuestro."

20 de septiembre de 2005

Desde la infancia.

"El retorno al hogar paterno y al bien era siempre redentor y grandioso, y yo sentía que aquello era lo único bueno y deseable; pero la parte de la historia que se desarrollaba entre los malos y los perdidos siempre resultaba más atractiva y, si se hubiera podido decir o confesar, daba casi pena que el hijo pródigo se arrepintiese y volviera. Pero aquello no se decía y ni siquiera se pensaba; existía solamente como presentimiento y posibilidad, muy dentro de la conciencia. Cuando imaginaba al diablo, podía representármelo muy bien en la calle, disfrazado o al descubierto, en el mercado o en una taberna, pero nunca en nuestra casa."

Hermann Hesse

¿Qué he hecho?

Con mi frente reclinada en tu costado,
con la mente y las miradas recogidas,
con los labios en la hiel de tus heridas,
con dolor y con amor casi infinito,
Dueño mío, mi JESUS Crucificado,
yo medito,
yo medito en un misterio tan profundo,
que sorprende y martiriza
y anonada a las almas que te quieren en el mundo:
Si hace diecinueve siglos que viniste,
y con tu vida y doctrina,
el camino nos abriste para una dicha divina...
Si hace diecinueve siglos te ofreciste como Manjar, como Amigo,
para que en el mundo triste los hombres vivan contigo...
Si hace diecinueve siglos que moriste,
y a los hombres redimiste,
¡a todos, Dueño querido, con tu Cruz, con tu agonía!
¿por qué,
por qué todavía quedan más de mil millones entre sombras y aflicciones,
que ni siquiera han oído que viniste?
¡Gran misterio, CRISTO Santo!
Tu respuesta yo demando humildemente,
con mi frente agobiada de dolor,
sobre tu pecho...
y JESÚS me respondía:
“Hijo mío, para que esas pobres almas me conozcan,
me adoren y me quieran, ¿tú, qué has hecho?”...

14 de septiembre de 2005

Señor Dios, enséñame dónde y cómo buscarte,
dónde y cómo encontrarte...
Tú eres mi Dios, tú eres mi Señor,
y yo nunca te he visto.
Tú me has modelado y me has remodelado,
y me has dado todas las cosas buenas que poseo,
y aún no te conozco...
Enséñame cómo buscarte...
porque yo no sé buscarte si tú no me enseñas,
ni hallarte si tú mismo no te presentas a mí.
Que te busque en mi deseo ,
que te desee en mi búsqueda.
que te busque amándote
y que te ame cuando te encuentre.

San Anselmo de Canterbury

9 de septiembre de 2005

Teatro de LADRONES

Comienzo a leer la noticia de que en el teatro Colón realizaron un paro y además, violentamente, no dejaron ensayar a la pianista que habría de dar un concierto con músicos invitados a último momento.

Por un momento digo: "es mala gente esta pianista, que no colabora con sus colegas que deben estar pasando hambre."

Luego digo: "sin embargo ella está en todo su derecho de querer trabajar y de que no se lo impidan"

Después sigo leyendo:

"La nueva grilla supone aumentos de entre 32% y 42%, el blanqueo de todas las sumas no remunerativas y la suspensión por 18 meses de las jubilaciones obligatorias, que afectarían a 250 empleados. [...] De acuerdo a lo informado por la Ciudad, el sueldo bruto de un concertino (violinista principal) pasará de $ 3.073 a $ 4.000; el de un músico promedio, de $ 2.021 a $ 2.730; y el de un técnico, de $ 1.100 a $ 1.650."


Ya casi con unas lágrimas en las ventanas de mi alma, una estridente puteada a lo italiano en el medio de mi garganta, la bronca que me quema desde los cayos de la planta de los pies hasta el par de pelos que intentan dar sombra a mi cabeza y al borde de una resignación de condenado a muerte, lo único que suelta mi ser es un suspiro... y silencio.

¿Para qué amargarme de éste, mi país, el país de los bananeros?