9 de septiembre de 2005

Teatro de LADRONES

Comienzo a leer la noticia de que en el teatro Colón realizaron un paro y además, violentamente, no dejaron ensayar a la pianista que habría de dar un concierto con músicos invitados a último momento.

Por un momento digo: "es mala gente esta pianista, que no colabora con sus colegas que deben estar pasando hambre."

Luego digo: "sin embargo ella está en todo su derecho de querer trabajar y de que no se lo impidan"

Después sigo leyendo:

"La nueva grilla supone aumentos de entre 32% y 42%, el blanqueo de todas las sumas no remunerativas y la suspensión por 18 meses de las jubilaciones obligatorias, que afectarían a 250 empleados. [...] De acuerdo a lo informado por la Ciudad, el sueldo bruto de un concertino (violinista principal) pasará de $ 3.073 a $ 4.000; el de un músico promedio, de $ 2.021 a $ 2.730; y el de un técnico, de $ 1.100 a $ 1.650."


Ya casi con unas lágrimas en las ventanas de mi alma, una estridente puteada a lo italiano en el medio de mi garganta, la bronca que me quema desde los cayos de la planta de los pies hasta el par de pelos que intentan dar sombra a mi cabeza y al borde de una resignación de condenado a muerte, lo único que suelta mi ser es un suspiro... y silencio.

¿Para qué amargarme de éste, mi país, el país de los bananeros?

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