29 de julio de 2005

Que nadie se ensoberbezca, sino que se gloríe en la cruz del Señor

Considera, oh hombre, en cuán grande excelencia te ha puesto el Señor Dios, porque te creó y formó a imagen de su amado Hijo según el cuerpo, y a su semejanza (cf. Gén 1,26) según el espíritu. Y todas las criaturas que hay bajo el cielo, de por sí, sirven, conocen y obedecen a su Creador mejor que tú. Y aun los demonios no lo crucificaron, sino que tú, con ellos, lo crucificaste y todavía lo crucificas deleitándote en vicios y pecados. ¿De qué, por consiguiente, puedes gloriarte? Pues, aunque fueras tan sutil y sabio que tuvieras toda la ciencia (cf. 1 Cor 13,2) y supieras interpretar todo género de lenguas (cf. 1 Cor 12,28) e investigar sutilmente las cosas celestiales, de ninguna de estas cosas puedes gloriarte; porque un solo demonio supo de las cosas celestiales y ahora sabe de las terrenas más que todos los hombres, aunque hubiera alguno que hubiese recibido del Señor un conocimiento especial de la suma sabiduría. De igual manera, aunque fueras más hermoso y más rico que todos, y aunque también hicieras maravillas, de modo que ahuyentaras a los demonios, todas estas cosas te son contrarias, y nada te pertenece, y no puedes en absoluto gloriarte en ellas; por el contrario, en esto podemos gloriarnos: en nuestras enfermedades (cf. 2 Cor 12,5) y en llevar a cuestas a diario la santa cruz de nuestro Señor Jesucristo (cf. Lc 14,27).

San Francisco de Asís, Escritos Completos, Cap V.

22 de julio de 2005

Grandes pequeñeces

¡Oh cuán presto se pasa la gloria del mundo! Pluguiera a Dios que su vida concordara con su ciencia, y entonces hubieran estudiado y leído bien. ¡Cuántos perecen en este siglo por su vana ciencia, que cuidan poco del servicio de Dios! Y porque eligen ser más grandes que humildes, por eso se hacen vanos en sus pensamientos. Verdaderamente es grande el que tiene gran caridad. Verdaderamente es grande el que se tiene por pequeño y tiene en nada la más encumbrada honra. Verdaderamente es prudente el que todo lo terreno tiene por estiércol (Phil. 3,8) para ganar a Cristo. Y verdaderamente es sabio el que hace la voluntad de Dios y deja la suya.

Imitación de Cristo, Libro Primero, Cap 3

21 de julio de 2005

Conocimiento útil

“Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores”.

Sócrates

“¿Qué importa saber lo qué es una línea recta si no se sabe lo que es la rectitud?”

Séneca

19 de julio de 2005

Sabiduría

«¿Acaso el principio de sabiduría no es abstenerse de todo aquello que desagrada a Dios? Y, ¿cómo puede uno abstenerse si no es evitando hacer algo sin haber pedido consejo, o no diciendo lo que no hay que decir, o considerándose a sí mismo loco, tonto, despreciable y que no vale nada? »

Barsanufio de Gaza (s VI)

Tal como está expresado en varios pasajes bíblicos, "Primicia de la sabiduría es el temor del Señor" (ver por ej: Proverbios 1,7 ; Salmo 110,10 ; etc.)
A la luz de esto y de una simple secuencia, podemos afirmar que la sabiduría es un don de Dios (infinita sabiduría), más concretamente, podemos decir que el Santo Temor de Dios nos es dado por medio del Espíritu Santo: es uno de sus siete dones. Y si no es este Santo Temor ya la misma sabiduría, al menos es su camino.
Por lo que: ¿qué resta al hombre, sino simplemente dar gracias y pedir? Porque todo procede de Dios, unque no todo conduzca a Él.

Fugaz

- Hijos míos, grandes cosas hemos prometido, pero mucho mayores son las que Dios nos ha prometido a nosotros; mantengamos lo que nosotros hemos prometido y esperemos con certeza lo que nos ha sido prometido. Breve es el deleite del mundo, pero la pena que le sigue después es perpetua. Pequeño es el padecer de esta vida, pero la gloria de la otra vida es infinita.

De las Florecillas, Cap XVIII

18 de julio de 2005

Un día, al volver San Francisco del bosque, donde había ido a orar, el hermano Maseo quiso probar hasta dónde llegaba su humildad; le salió al encuentro y le dijo en tono de reproche:

- ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti?

- ¿Qué quieres decir con eso? -repuso San Francisco.

Y el hermano Maseo:

- Me pregunto ¿por qué todo el mundo va detrás de ti y no parece sino que todos pugnan por verte, oírte y obedecerte? Tú no eres hermoso de cuerpo, no sobresales por la ciencia, no eres noble, y entonces, ¿por qué todo el mundo va en pos de ti?

Al oír esto, San Francisco sintió una grande alegría de espíritu, y estuvo por largo espacio vuelto el rostro al cielo y elevada la mente en Dios; después, con gran fervor de espíritu, se dirigió al hermano Maseo y le dijo:

- ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí viene todo el mundo? Esto me viene de los ojos del Dios altísimo, que miran en todas partes a buenos y malos, y esos ojos santísimos no han visto, entre los pecadores, ninguno más vil ni más inútil, ni más grande pecador que yo. Y como no ha hallado sobre la tierra otra criatura más vil para realizar la obra maravillosa que se había propuesto, me ha escogido a mí para confundir la nobleza, la grandeza, y la fortaleza, y la belleza, y la sabiduría del mundo, a fin de que quede patente que de Él, y no de creatura alguna, proviene toda virtud y todo bien, y nadie puede gloriarse en presencia de Él, sino que quien se gloría, ha de gloriarse en el Señor (1 Cor 27-31), a quien pertenece todo honor y toda gloria por siempre.

El hermano Maseo, ante una respuesta tan humilde y dicha con tanto fervor, quedó lleno de asombro y comprobó con certeza que San Francisco estaba bien cimentado en la verdadera humildad.

De las Florecillas, Cap X.

"El sabio no dice nunca todo lo que piensa,

pero siempre piensa todo lo que dice."

Aristóteles

15 de julio de 2005

Escrito Catequísticos.

"Puede también responder que Dios mismo testifica que las enseñanzas de la fe son verdaderas. Si un rey enviara una carta sellada con su sello, nadie osaría decir que aquella carta no provenía de la voluntad del rey. Ahora bien, todo lo que os santos creyeron y nos transmitieron sobre la fe de Cristo, está sellado con el sello de Dios. Este sellos son las obras que ninguna criatura puede hacer, es decir, los milagros, con los que Cristo confirmó las palabras de los Apóstoles y de los santos.

Si dijeras que nadie ha visto milagros, te respondo: es sabido que el mundo entero daba culto a los ídolos y perseguía la fe de Cristo, según narran hasta los mismos historiadores paganos; pero ahora se han convertido a Cristo todos, sabios, nobles, ricos, poderosos y grandes, ante la predicación de unos sencillos, pobres y escasos predicadores de Cristo. O se ha realizado esto con milagros, o sin ellos. Si con milagros, ya tienes la respuesta. Si sin ellos, diré que no pudo darse milagro mayor que el que el mundo entero se convirtiese sin milagros. No necesitamos más.

En conclusión, nadie debe dudar acerca de la fe, sino creer las cosas de fe más que las que puede ver, porque la vista del hombre puede engañarse, pero la sabiduría de Dios jamás se equivoca."

Santo Tomás de Aquino

Gloriarse en la cruz

- Y ahora escucha la conclusión, hermano León: por encima de todas las gracias y de todos los dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor de Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades. Porque en todos los demás dones de Dios no podemos gloriarnos, ya que no son nuestros, sino de Dios; por eso dice el Apóstol: ¿Qué tienes que no hayas recibido de Dios? Y si lo has recibido de Él, ¿por qué te glorías como si lo tuvieras de ti mismo? (1 Cor 4,7). Pero en la cruz de la tribulación y de la aflicción podemos gloriarnos, ya que esto es nuestro; por lo cual dice el Apóstol: No me quiero gloriar sino en la cruz de Cristo (Gál 6,14).

A Él sea siempre loor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

De las Florecillas, Cav VIII

14 de julio de 2005

Como peregrinos

Puesto que San Francisco y sus compañeros habían sido llamados y elegidos por Dios para llevar la cruz de Cristo en el corazón y en las obras y para predicarla con la lengua, parecían, y lo eran, hombres crucificados en la manera de vestir, en la austeridad de vida y en sus acciones y obras; de ahí que deseaban más soportar humillaciones y oprobios por el amor de Cristo que recibir honores del mundo, muestras de respeto y alabanzas vanas; por el contrario, se alegraban de las injurias y se entristecían con los honores. Y así iban por el mundo como peregrinos y forasteros, no llevando consigo sino a Cristo crucificado. Y, puesto que eran verdaderos sarmientos de la verdadera vid, Jesucristo, producían copiosos y excelentes frutos en las almas que ganaban para Dios.

De las Florecillas, cap V

13 de julio de 2005

Sano equilibrio sonoro

El hombre taciturno, excesivamente callado, se convierte en un ser desagradable; pero los que hablan sin parar irritan y aburren a sus oyentes. Tenemos, pues, que evitar las palabras inútiles, pero sin caer en el laconismo exagerado, incompatible con la delicadeza.

-Había en Teherán, en Persia, un viejo mercader que tenía tres hijos. Un día el mercader llamó a los jóvenes y les dijo: “El que sea capaz de pasar el día sin pronunciar una palabra inútil recibirá de mí un premio de veintitrés timunes”.

Al caer de la noche los tres hijos fueron a presentarse ante el anciano. Dijo el primero:

-Evité hoy ¡Oh, padre mío! Toda palabra inútil. Espero, pues, haber merecido, según tu promesa, el premio ofrecido. El premio, como recordarás sin duda, asciende a veintitrés timunes.

El segundo se acercó al viejo, le besó las manos, y se limitó a decir:

-¡Buenas noches, padre!

El más joven no dijo una palabra. Se acercó al viejo y le tendió la mano para recibir el premio. El mercader, al observar la actitud de los tres muchachos, habló así:

-El primero, al presentarse ante mí, fatigó mi intención con varias palabras inútiles; el tercero se mostró exageradamente lacónico. El premio corresponde, pues, al segundo, que fue discreto sin verbosidad, y sencillo sin afectación.

12 de julio de 2005

El símbolo del cordero.

Era costumbre en el antiguo Oriente que los reyes se llamaran a sí mismos pastores de su pueblo. Era una imagen de su poder, una imagen cínica: para ellos, los pueblos eran como ovejas de las que el pastor podía disponer a su agrado. Por el contrario, el pastor de todos los hombres, el Dios vivo, se ha hecho él mismo cordero, se ha puesto de la parte de los corderos, de los que son pisoteados y sacrificados. Precisamente así se revela Él como el verdadero pastor: "Yo soy el buen pastor [...]. Yo doy mi vida por las ovejas", dice Jesús de sí mismo (Jn 10, 14s.).

No es el poder lo que redime, sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: Él mismo es amor. ¡Cuántas veces desearíamos que Dios se mostrara más fuerte! Que actuara duramente, derrotara el mal y creara un mundo mejor. Todas las ideologías del poder se justifican así, justifican la destrucción de lo que se opondría al progreso y a la liberación de la humanidad. Nosotros sufrimos por la paciencia de Dios. Y, no obstante, todos necesitamos su paciencia. El Dios, que se ha hecho cordero, nos dice que el mundo se salva por el Crucificado y no por los crucificadores. El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido por la impaciencia de los hombres.


Ratzinger

11 de julio de 2005

Misericordia y Amor

"Él (Juan Pablo II) ha interpretado para nosotros el misterio pascual como un misterio de la divina misericordia. Escribe en su último libro: El límite impuesto al mal “es en definitiva la divina misericordia” (Memoria e Identidad”, pág. 70). Y reflexionando sobre el atentado dice: “Cristo, sufriendo por todos nosotros, le ha dado un nuevo sentido al sufrimiento; lo ha introducido en una nueva dimensión, en un nuevo orden: aquel del amor… es el sufrimiento que quema y consume el mal con la flama del amor y trae también del pecado un multiforme brote de bien” (pág. 199). Animado por esta visión, el Papa ha sufrido y amado en comunión con Cristo y por eso el mensaje de su sufrimiento y de su silencio ha sido así elocuente y fecundo."

Ratzinger

Empresarios y política (*)

La categoría “empresarios” engloba a agentes económicos muy diferentes. A los empresarios innovadores, descriptos por Joseph Schumpeter, que viven peleando en el mercado y aumentando sus beneficios, diferenciando sus productos o modificando sus procedimientos a través de las innovaciones, y también a quienes utilizan al Estado para vivir a costa del resto de sus conciudadanos, descriptos por Guido Di Tella, cuando diferenció entre la generación de rentas y la de cuasirrentas.

Para unos y otros, la política es un insumo, como la energía o los recursos humanos. Los primeros la viven como una carga impositiva, de gestión (tienen que sobrevivir a funcionarios, a quienes tienen que rendir pleitesía, los cuales en sus empresas no trabajarían ni de cadetes), etc.; los segundos la viven como una oportunidad, cuando consiguen una ventaja que no genera riqueza real, pero que tira la manta para cubrir sus pies, dejando a la intemperie los pies ajenos.

Esto lleva a los segundos a aplaudir a las autoridades de turno, y a los primeros por lo menos a no enfrentarlas. Quiero creer que cuando el presidente Kirchner recibe el aplauso de los empresarios que ya invirtieron en nuestro país, no pensará que lo quieren, o que está en el rumbo correcto.

Esta postura de los empresarios es muy criticada por los intelectuales, o por quienes se la dan de tales. Esa crítica ignora dos puntos fundamentales: que los empresarios no tienen objetivos políticos, sino objetivos… empresarios, y que en la Argentina el gobierno en general y el presidente de la Nación y su ministro de Economía son muy poderosos.

Que los empresarios tengan objetivos empresariales y no políticos genera el comportamiento descripto. Pero tiene la enorme ventaja de que seguirán produciendo, no importa quién gane la próxima elección. ¡Menos mal! Me encanta comer pizza. ¿Qué pasaría si los pizzeros de mi barrio fueran partidarios del candidato X, y resulta que gana el candidato Y? No comería más pizza. Afortunadamente, en mi barrio los pizzeros son de todos los candidatos, de la primera hora, y yo seguiré comiendo pizza.

El presidente argentino tiene más poder, con respecto a los empresarios locales, que el presidente Bush con los suyos. El 18 de octubre de 2004 el New York Times recomendó de manera entusiasta que se votara por el candidato demócrata Kerry. Como se sabe, ganó Bush. ¿Alguien piensa que al directorio del matutino se le movió algún pelo? Bush no le retiró al diario la publicidad oficial? porque no ponía, y si le envía un inspector impositivo se va a aburrir, porque todas las operaciones están en blanco.

El caso argentino es distinto, porque aún dejando de lado la arbitrariedad, la discrecionalidad de la política económica es fortísima entre nosotros. ¿Qué proporción del resultado de cualquier empresa depende de lo que se le ocurra al funcionario de turno, en un país donde se modifican con tanta frecuencia impuestos, subsidios, prohibiciones, congelamientos, etc., como en la Argentina? En algunos períodos esto fue tan intenso que me llevó a acuñar la siguiente frase: "Los empresarios están tan ocupados, que no les queda tiempo para trabajar", lo cual no es un juego de palabras.

No les pidamos a los empresarios que tengan objetivos políticos, y menos para que reemplacen a los políticos, porque no saben hacer su trabajo. Durante muchos años pensamos que los militares podrían reemplazar a los políticos, y afortunadamente hace más de dos décadas que nos convencimos de que no. En todo caso, votemos a los candidatos que mejor expliciten que establecerán reglas de juego, que estén al frente de las empresas los schumpeterianos, y no los buscadores de rentas.

Ultima: nada de esto implica que determinada persona, de "profesión" empresario, actúe en política. Bienvenido, si lo siente. Para ello tendrá que adoptar la lógica de la política, que no es la misma que la del mundo de los negocios.

(*) Juan Carlos De Pablo

8 de julio de 2005

Decidir

  • Es mi máxima manifestación de libertad el decidir por mi mismo lo que deseo lograr y realizar.
  • El primero y el último privilegio de mi libertad es mi capacidad de decidir.
  • La más sublime expresión de mi libertad es mi propia responsabilidad, solamente a través de la responsabilidad conoceré la auténtica libertad.
  • Es asumir responsablemente las consecuencias de cada una de mis decisiones y sin evadirme a ellas, cumplirlas lealmente.
  • Es ser el único propietario de mi existir y vivir intensamente la auténtica independencia.
  • Mi propia voluntad es la que me garantiza vivir la libertad, sin ella mi existir es como una embarcación sin brújula y sin destino alguno.
  • En la calidad de mis decisiones está la arquitectura de mi propia vida.
  • La única garantía que me asegura decidir acertadamente son mis propios valores, y ante la indecisión y la oscuridad iluminan mi camino.
  • Decidir es autoafirmar mi libertad, que es el camino para descubrir la verdad, la belleza y el amor.


Miguel Angel Cornejo

Los pecados sociales reprobados por Mahatma Gandhi:

Política sin principios.
Riqueza sin trabajo.
Placer sin responsabilidad.
Conocimiento sin carácter.
Comercio sin moralidad.
Religión sin sacrificio.
Juan Pablo II rezó sobre la tumba de este gran líder, donde figura lo citado.

PD: que arroje la primera piedra quien ......

6 de julio de 2005

Valores, reglas de juego y conductas.

Sometamos a 2 personas que comparten un almuerzo, al siguiente experimento: les mostramos el menú, es decir, las variedades de comida y bebida y sus respectivos precios, y les preguntamos qué quieren comer y beber, enfrentándolos con los siguientes 3 esquemas de pago de la cuenta: 1) cada uno paga lo suyo; 2) el total se divide en partes iguales; y 3) cada uno paga lo que consume la otra persona. ¿Afecta lo que cada uno pide, el esquema de pago, o por el contrario resulta irrelevante?

Si le entró la duda cuando la cuestión se plantea entre 2 personas, imagínese lo que puede llegar a ocurrir cuando el número aumenta. Vivo en un edificio de departamentos, habitado por 28 copropietarios. El agua caliente se provee de manera centralizada. Quiere decir que pago la veintiocho ava parte del agua caliente que utilizo para ducharme, es decir, “nada”. No sabe lo que demoro bajo la lluvia, dado que el agua caliente no me cuesta “nada”. Pero pago el agua caliente que utiliza cada uno de mis vecinos, a cada uno de los cuales, naturalmente, el agua también les cuesta… “nada”. Muy limpitos todos, pero utilizando más agua que la que utilizaríamos si cada uno pagara lo suyo.

Si paso del edificio donde vivo, al país en su conjunto, la modificación de las conductas es todavía más dramática. Cada uno de nosotros está entusiastamente a favor de que los jubilados cobren más, se asignen mayores recursos a la educación y a la ciencia, y también que nadie se quede sin ver los partidos de la selección nacional por televisión abierta. Porque como el costo se reparte entre tantas personas –los contribuyentes impositivos-, cada uno tiene la sensación de que no está pagando nada. En otros términos, uno demuestra que tiene buen corazón, sin costo… aparente.

¿Recuerda la oblea docente, es decir, la cucarda que hubo que pegar en el parabrisas de los autos, para demostrar que se había pagado el impuesto específico que se había creado para financiar el aumento a los maestros? Algunos de mis colegas, correctamente desde el punto de vista técnico, calificaron a dicho impuesto como distorsivo. Yo también, pero también lo califiqué de “pedagógico”, lo cual no deja de ser irónico en el caso de un impuesto para financiar el aumento a los maestros; y lo califiqué de pedagógico porque unió el aumento del gasto público, a la necesidad de explicitar su financiamiento. Fue notable el rechazo que produjo en muchos ciudadanos comunes, quienes vieron unidos su buen corazón con cierto impacto en sus bolsillos.

Los economistas diferenciamos los valores y las conductas, explicando que en función de los primeros y a la luz de las reglas de juego imperantes, generamos las decisiones. La misma persona que llegó hasta el aeropuerto de un país manejando “mal”, sale del aeropuerto de otro país manejando “bien”… sin haber recibido ningún curso de manejo durante el vuelo. Mismos valores, diferentes costos, generan distintos hábitos de manejo de los automóviles.

En base a lo cual recomendamos que, hasta donde sea posible, los precios tienen que reflejar los recursos utilizados en la elaboración de los distintos productos. Para evitar el horror de que el portero del edificio de departamentos, como no paga el consumo de agua potable del edificio, en vez de barrer las hojas con una escoba, las corra con el chorro de agua que sale de la manguera. Una locura… absolutamente racional para quien tiene que tomar la decisión, en este caso, el portero del edificio (si el consorcio le aumentara el sueldo al portero, y le vendiera el agua, veríamos como éste compraría una escoba y cerraría la canilla).

“Hace algunos años, en un viaje por barco entre Inglaterra y Dinamarca, me dio pena descubrir –al comprar el boleto- que los pasajeros pagarían por la comida que consumieran. A diferencia de los trasatlánticos, la comida no era `gratis’. De más está decir que era consciente de que en ambos casos estaba pagando mi comida. Aunque mi conducta era irracional, esto no afectó mi actitud y sufrí una muy real pérdida de utilidad en el viaje escandinavo, porque la comida me representó un costo monetario visible”, afirmó William J. Baumol, un brillante economista (Baumol, 1986).

Nítida descripción del éxito de los comedores de “tenedor libre”. Acuden a los referidos restaurantes personas que, con el deliberado propósito de aprovecharse del dueño, pretenden comer 6 bifes de chorizo, 2 docenas de morcillas y 4 kilos de papas fritas, sin pagar extra. Ignorando que, por más que –una vez abonado el ingreso- la comida es gratis, el estómago tiene su límite, y por consiguiente uno termina comiendo lo que hubiera comido en un restaurante normal, o un poquito más, pagando… bastante más. El inteligente dueño de un restaurante de tenedor libre le vende al comensal la ilusión de que lo puede embromar, cuando al final es este último quien termina embromado.

Cada tanto nos gusta vivir en la magia. El problema, como todo, está en las proporciones.
J C de Pablo

En pleno siglo... II

El obispo católico Jia Zhiguo, miembro de la Iglesia "clandestina" china, fiel al Vaticano, no la pasa muy bien en su país. Por sexta vez en poco más de un año fue arrestado por la policía en la provincia norteña de Hebei, anunció ayer la agencia católica Asianews.

El obispo de Zhengding, de 70 años, fue sacado de su casa el lunes a la tarde por un grupo de policías vestidos de civil que se lo llevaron a un lugar que se desconoce, informaron fuentes de la Iglesia clandestina y de la Fundación Cardenal Kung, un grupo que defiende la libertad de culto, con base en Estados Unidos. Las autoridades chinas no especificaron la razón del arresto.

Según Asianews, representantes del gobierno de Beijing le habían advertido poco antes que sería detenido y le habían ordenado que dijera a sus vecinos y familiares que sería "trasladado a otro lugar para someterse a controles médicos". Pero la agencia vaticana afirmó que el obispo "no estaba enfermo en esos momentos y no necesita cura alguna".

Jia es obispo desde 1980 y dirige una de las diócesis con mayor concentración de católicos en China: 1,5 millón. Y, perseguido por el régimen comunista, pasó cerca de 20 años en cárceles chinas. Como no está reconocido por el gobierno de ese país —que sólo acepta a la Iglesia Católica Patriótica, a la que controla— no puede desarrollar su ministerio.

La persecución se hace sentir con fuerza en las importantes fiestas religiosas, como Navidad o Semana Santa, cuando el obispo suele ser arrestado y sometido a adiestramiento religioso por parte de las autoridades chinas, según la agencia vaticana.

En 1999, para impedir su actividad evangélica la policía le prohibió abrir un hogar para niños abandonados o con discapacidades. Pero más tarde, debido a la presión internacional, lo autorizó. Hoy tiene en su casa a un centenar de chicos con necesidades especiales.

Esta es la sexta detención de Jia desde el 5 abril de 2004. El Vaticano denunció entonces que ese arresto, que duró pocos días, era "inadmisible por parte de un Estado de derecho que declara garantizar la libertad de religión y respetar los derechos humanos".

La libertad de culto está garantizada por la Constitución china, pero de hecho está reservada a los miembros de las asociaciones religiosas "patrióticas", es decir afiliadas al Partido Comunista.

En ese país hay entre 10 y 15 millones de católicos, repartidos entre la Iglesia "clandestina" que reconoce al Papa —quien a su vez designa a sus obispos— y la Iglesia oficial, cuyas autoridades son elegidas por el gobierno chino.

Con Jia el número de prelados chinos arrestados o desaparecidos asciende a 19 y el de sacerdotes, a 19, precisó la agencia de noticias del Vaticano.

Fuente: aunque Ud no lo crea: Clarín

4 de julio de 2005

Casualidad?

"No hay camino para la verdad, la verdad es el camino"
Mahatma Gandhi

Nunca Gandhi tuvo un pensamiento tan cristiano como ese, pues:

"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"
Cristo

1 de julio de 2005

Como el cangrejo.

Queridos amigos: recuerdo cuando aplaudía el Congreso fervorosamente para entrar en el último default.
Queridos amigos: no sólo recuerdo la devaluación... sino que también la padezco...
Queridos amigos: les presento el resultado de la estupidez, el egoísmo, la imprudencia, y la ignorancia de algunos pocos... aunque de alguna manera es el reflejo de todos.


Al gran pueblo argentino: SALUD!!!!!

El "Pobrecillo de Dios"

Tú eres santo, Señor, Tú eres Dios sobre los dioses,
Tú eres el único capaz de milagros.
Tú eres el bueno, el buenísimo, Tú eres la Bondad Suprema.
Tú eres el Amor, Tú eres la Sabiduría, la Humildad y la Paciencia.
Tú eres la Belleza, la Certidumbre, la Paz y la Alegría.
Tú eres nuestra Esperanza, la Justicia, toda nuestra riqueza.
Tú eres nuestro Patrono, nuestro Defensor y nuestro Guardián.
Tú eres la Dulzura infinita de nuestra alma.
Tú eres el fuerte, Tú eres el grande, Tú eres el Altísimo.

Alabad al Señor, alabad todas las obras del Señor,
celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, sol, luna, estrellas del Cielo,
celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, todas las lluvias, todos los rocíos,
todos los espíritus del Señor.
Celebrad, venerad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, fuego, calor, frío, hielo.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, nieves y escarchas, relámpagos y nubes.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, luces y tinieblas, días y noches.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Tierra, alaba al Señor. Alabad al Señor, colinas
y montañas y todo lo que verdea sobre la tierra.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, fuentes, mares, ríos y torrentes
y todas las aguas vivas.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.

—Hermano León, ¿dónde estás? No te veo.
—Estoy aquí, cerca de ti, padre Francisco. ¡Ordena!
—¿Tienes una pluma y tinta contigo?
—Siempre tengo plumas y tinta, padre Francisco, ordena.
—Escribe.
La prisa de dictar antes de que desapareciera su visión le hacia temblar.
—Te escucho, padre Francisco.
—Escribe: «Soy una caña que se dobla bajo el soplo de Dios. Espero que la Muerte venga a segarme, a atravesarme, a transformarme en flauta y que así, entre sus labios, retorne cantando al eterno cañaveral del Señor».

«Altísimo,todopoderoso y Bondadosísimo Señor,
¡A ti las alabanzas, la gloria y el honor y toda la bendición!
A ti solo, Altísimo, convienen,
y ningún hombre es digno de pronunciar Tu nombre.
Alabado seas, Señor, por todas las criaturas,
y especialmente por nuestro hermano el Sol,
que nos da la luz y mediante el cual nos iluminas.
Y que es hermoso y resplandeciente y que, con su gran claridad,
nos da testimonio de Ti, oh Señor.
Alabado seas, Señor, por tu hermana Luna y por las estrellas,
que creaste en el Cielo, brillantes, preciosas y hermosas.
Alabado seas, Señor, por nuestro hermano el Viento
y por el Aire y por las Nubes
y por el Sereno, así como por todos los tiempos.
Alabado seas, Señor, por nuestra hermana el Agua,
la humilde, la amable, la pura.
Alabado seas, Señor, por nuestro hermano el Fuego
por medio del cual iluminas la noche,
y que es hermoso, robusto y alegre.
Y alabado seas, Señor, por nuestra hermana y madre la Tierra
que nos alimenta y sostiene
y nos da una infinidad de frutos, de flores y de árboles.
¡Alabad y bendecid al Señor!
¡Agradecedle y servidle con gran humildad!»

«Alabado seas, Señor, por nuestra hermana la Enfermedad.
Es buena y severa y tortura al hombre.
Ayuda al alma a liberarse de la carne».

«Alabado seas, Señor,
por todos los que perdonan a sus enemigos por amor a Ti.
Bienaventurados los que padecen la injusticia y la tribulación
por amor a la paz.
Y bienaventurados los pacificadores,
pues por Ti, Señor, serán coronados».

«Alabado seas, Señor, por nuestra hermana la Muerte,
de la cual ningún ser vivo puede escapar.
Desdichados los que mueren en pecado, pero bienaventurados,
Señor, los que obedecieron tus diez mandamientos.
Los que no temen la Muerte, ésos aman la Muerte».


San Francisco de Asís