1 de julio de 2005

El "Pobrecillo de Dios"

Tú eres santo, Señor, Tú eres Dios sobre los dioses,
Tú eres el único capaz de milagros.
Tú eres el bueno, el buenísimo, Tú eres la Bondad Suprema.
Tú eres el Amor, Tú eres la Sabiduría, la Humildad y la Paciencia.
Tú eres la Belleza, la Certidumbre, la Paz y la Alegría.
Tú eres nuestra Esperanza, la Justicia, toda nuestra riqueza.
Tú eres nuestro Patrono, nuestro Defensor y nuestro Guardián.
Tú eres la Dulzura infinita de nuestra alma.
Tú eres el fuerte, Tú eres el grande, Tú eres el Altísimo.

Alabad al Señor, alabad todas las obras del Señor,
celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, sol, luna, estrellas del Cielo,
celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, todas las lluvias, todos los rocíos,
todos los espíritus del Señor.
Celebrad, venerad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, fuego, calor, frío, hielo.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, nieves y escarchas, relámpagos y nubes.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, luces y tinieblas, días y noches.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Tierra, alaba al Señor. Alabad al Señor, colinas
y montañas y todo lo que verdea sobre la tierra.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.
Alabad al Señor, fuentes, mares, ríos y torrentes
y todas las aguas vivas.
Celebrad y glorificad al Señor en la eternidad.

—Hermano León, ¿dónde estás? No te veo.
—Estoy aquí, cerca de ti, padre Francisco. ¡Ordena!
—¿Tienes una pluma y tinta contigo?
—Siempre tengo plumas y tinta, padre Francisco, ordena.
—Escribe.
La prisa de dictar antes de que desapareciera su visión le hacia temblar.
—Te escucho, padre Francisco.
—Escribe: «Soy una caña que se dobla bajo el soplo de Dios. Espero que la Muerte venga a segarme, a atravesarme, a transformarme en flauta y que así, entre sus labios, retorne cantando al eterno cañaveral del Señor».

«Altísimo,todopoderoso y Bondadosísimo Señor,
¡A ti las alabanzas, la gloria y el honor y toda la bendición!
A ti solo, Altísimo, convienen,
y ningún hombre es digno de pronunciar Tu nombre.
Alabado seas, Señor, por todas las criaturas,
y especialmente por nuestro hermano el Sol,
que nos da la luz y mediante el cual nos iluminas.
Y que es hermoso y resplandeciente y que, con su gran claridad,
nos da testimonio de Ti, oh Señor.
Alabado seas, Señor, por tu hermana Luna y por las estrellas,
que creaste en el Cielo, brillantes, preciosas y hermosas.
Alabado seas, Señor, por nuestro hermano el Viento
y por el Aire y por las Nubes
y por el Sereno, así como por todos los tiempos.
Alabado seas, Señor, por nuestra hermana el Agua,
la humilde, la amable, la pura.
Alabado seas, Señor, por nuestro hermano el Fuego
por medio del cual iluminas la noche,
y que es hermoso, robusto y alegre.
Y alabado seas, Señor, por nuestra hermana y madre la Tierra
que nos alimenta y sostiene
y nos da una infinidad de frutos, de flores y de árboles.
¡Alabad y bendecid al Señor!
¡Agradecedle y servidle con gran humildad!»

«Alabado seas, Señor, por nuestra hermana la Enfermedad.
Es buena y severa y tortura al hombre.
Ayuda al alma a liberarse de la carne».

«Alabado seas, Señor,
por todos los que perdonan a sus enemigos por amor a Ti.
Bienaventurados los que padecen la injusticia y la tribulación
por amor a la paz.
Y bienaventurados los pacificadores,
pues por Ti, Señor, serán coronados».

«Alabado seas, Señor, por nuestra hermana la Muerte,
de la cual ningún ser vivo puede escapar.
Desdichados los que mueren en pecado, pero bienaventurados,
Señor, los que obedecieron tus diez mandamientos.
Los que no temen la Muerte, ésos aman la Muerte».


San Francisco de Asís

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