23 de febrero de 2005

Se busca pensador riguroso.

Si uno tuviera que pagar una "multa" cuando habla sin pensar, sobre temas que atañen a lo que permanece, es decir: sobre aquello que trasciende, habría dinero para alimentar a todos los pobres de este mundo desde hoy hasta su fin. Aunque quizá se esté alimentando a los que se han vuelto pobres por hablar de aquella manera y pagar multas...
Casi todos los diarios presentan el siguiente titular: "En su nuevo libro, el Papa compara el aborto con el Holocausto judío".
En su último libro, presentado ayer, el Papa compara el aborto con el Holocausto judío y en el epílogo de "Memoria e Identidad" reconoce que tras el atentado a balazos del 13 de mayo de 1981 "estaba prácticamente del otro lado" por la sangre que había perdido. El libro, está elaborado en forma de diálogos y en sus 25 capítulos a lo largo de un poco más de 200 páginas el pontífice reflexiona acerca de la "erupción del mal" que provocaron en el siglo XX las ideologías totalitarias como el nazismo y el comunismo.
Las comunidades judías de Italia y Alemania protestaron por la comparación que Juan Pablo II hace en el libro entre aborto y holocausto.
Me pregunto: ¿No se mata a un inocente (léase: al más inocente) cuando se aborta?
En fin, no me quiero (ni puedo) enroscar... es hora de trabajar. (No vaya a ser que termine pagando multas abultadas).

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