"Jesús mío adorable, mientras tomo parte junto contigo en tus dolores y en los de tu afligida Madre, veo que te decides a partir para encaminarte adonde el Querer del Padre te llama. Es tan grande el dolor entre Hijo y Madre, que os hace inseparables, por lo que Tú te quedas en el corazón de tu Mamá y la dulce Mamá y Reina se deja en el tuyo, de lo contrario os hubiera sido imposible separaros. Pero después, bendiciéndoos mutuamente, Tú le das tu último beso para darle fuerzas en los amargos dolores que va a sufrir, le dices tu último Adiós y partes. Pero la palidez de tu rostro, los labios temblorosos, tu voz sofocada, como si fueras a romper en llanto al decirle Adiós... ah, todo esto me dice cuánto la amas y lo que sufres al dejarla. Pero para cumplir la Voluntad del Padre, con vuestros corazones fundidos el uno en el otro, a todo os sometéis queriendo reparar por aquellos que por no vencer las ternuras de los familiares o amigos o los vínculos y los apegos a las criaturas no se preocupan por cumplir el Querer Santo de Dios y corresponder al estado de santidad al que Dios los llama. Qué dolor te dan estas almas al rechazar de sus corazones al amor que quieres darles y se contentan con el amor de las criaturas..."
25 de agosto de 2005
Segunda hora
24 de agosto de 2005
Gracias para siempre!
La Iglesia ha recibido la Eucaristía de Cristo, su Señor, no sólo como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el don por excelencia, porque es don de sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación. Ésta no queda relegada al pasado, pues «todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos...».
22 de agosto de 2005
Acomodarse
El que enseña debe "hacerse todo a todos" (1 Cor 9,22), para ganarlos a todos para Jesucristo... ¡Sobre todo que no se imagine que le ha sido confiada una sola clase de almas, y que, por consiguiente, le es lícito enseñar y formar igualmente a todos los fieles en la verdadera piedad, con un único método y siempre el mismo! Que sepa bien que unos son, en Jesucristo, como niños recién nacidos, otros como adolescentes, otros finalmente como poseedores ya de todas sus fuerzas... Los que son llamados al ministerio de la predicación deben, al transmitir la enseñanza del misterio de la fe y de las reglas de las costumbres, acomodar sus palabras al espíritu y a la inteligencia de sus oyentes (Catech. R., Prefacio, 11).
17 de agosto de 2005
Answer the questions
[1] What does it all mean?, de T. Ángel, Oxford, Oxford University Press.
Padre Pío
"[...] Hay igualmente algunas enfermedades físicas cuya curación no se consigue tomando medicamentos y sí, con modo idóneo de vivir. El amor propio, la propia estima, la falsa libertad de espíritu, son raíces que no pueden arrancarse del corazón fácilmente; pero puede impedirse que produzcan sus frutos, que son los pecados.
Porque sus brotes y salidas, o sea las primeras sacudidas y primeros movimientos, no pueden impedirse del todo mientras estamos en este mundo; pero se puede, y en esto debemos poner todo nuestro cuidado, moderar y disminuir su ímpetu y manera con la práctica asidua de la virtud contraria y particularmente de la humildad, de la obediencia y del amor a Dios."
"[...] Mientras me aflijo y ruego de esta manera, siento una alegría espiritual al considerar el singularísimo amor que Jesús le tiene. Señal cierta de este amor es la tempestad que ruge sobre su cabeza y que la va transformando por entero. No crea que ésta es una condición personal; es Dios mismo quien advierte que la tentación es una prueba de que el alma se está uniendo con Dios: "Hijo, si te aprestas a servir a Dios, prepara tu alma a la tribulación"."
9 de agosto de 2005
Apariencias...
Primero una historia. Al comenzar el college en Estados Unidos, una alumna fue a estudiar a una ciudad distinta de la que vivía. Durante 3 meses no se comunicó con sus padres, hasta que llegó la esperada misiva, cuyo texto es el siguiente: “queridos padres: no quise escribir antes, para no dejarme llevar por las primeras impresiones. La vida en la universidad es tranquila… casi siempre. Ocurre que al poco tiempo de llegar se desató un incendio en mi dormitorio. Desesperada, salté por la ventana y me quebré una pierna. A mi pedido de auxilio acudió el empleado de la estación de servicio que funciona enfrente. Me llevó al hospital y me acompañó durante la internación. Como al salir la universidad no había reparado el dormitorio, el muchacho me ofreció que viviera con él. Nos enamoramos. Quédense tranquilos, nos casaremos antes de que se note. Su piel es un poco más oscura que la nuestra, y su familia se dedica al contrabando de armas… Bien queridos padres, calma: ni me rompí una pierna, ni estoy embarazada, ni me voy a casar con un negro. Sólo quería decirles que me bocharon en inglés y en matemáticas, y quería poner la noticia en perspectiva”.
De esta notable historia me estaba acordando el otro día, cuando al conocerse la estimación del INDEC de la tasa de inflación de julio pasado, se registró alivio porque “sólo” había sido de 1%, cuando se “esperaba” 1,4% (¿quién esperaba? Porque como bien me dijo un atento y agudo lector de Contexto, la realidad en materia de pronósticos es la meta inflacionaria incluida en el presupuesto 2005, y la formulada originalmente por el BCRA, que son de 8% diciembre contra diciembre, y ambas resultaron desbordadas por la realidad).
Propiedad reflexiva
"La soberbia no es grandeza sino hinchazón;
y lo que está hinchado parece grande pero no está sano."
8 de agosto de 2005
Sobre el canto
El júbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo que siente el corazón. Y este modo de cantar es el más adecuado cuando se trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido en palabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es cantar con júbilo. De este modo, el corazón se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitada por unos vocablos. Cantadle con maestría y con júbilo.