6 de marzo de 2013

Siempre inquieto…



Cielo y tierra se besan a lo lejos
y en mi interior, combatiendo,
el vuelo eterno y el tiempo
se disputan mi corazón inquieto.



 Amargo mármol, frío, yerto y prisionero
nave sin rumbo y ¡cuántos viajeros!
Siempre en superficie por evadir el Misterio
de las aguas profundas, de lo verdadero.

Navego hastiado, sin faro ni puerto,
reviso bolsillos de lágrimas llenos,
mendigo el bálsamo de los consuelos,
retorno al camino sacudiendo recuerdos.

Percibo nublado el encuentro primero
de alegrías y cantos por el Cordero
¿Será que no veo, porque no he muerto,
el Fruto viviente sobre el madero?

Tempestades y noches, inevitables riesgos
del peregrino que amansa el timón del silencio.
Mas, vencido el temor que amenaza quedo,
amanece el Amor que descubre lo Bello.

Un grito auténtico transforma el secreto
y nace confiado un futuro abierto.
Se asoman al fin los ojos sinceros,
las manos tendidas del nuevo comienzo.

Podemos, llenos de esperanza y consuelo
acometer la aventura de la partida hacia el fuego,
al vasto mar de los tiempos venideros,
hacia las costas lejanas que llevamos dentro.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy lindo, hermano! Felicitaciones!
Juan Miguel

Anónimo dijo...

Hermoso, le pondrás música? Lili