“Les aseguro que si no cambian y se hacen como los niños no entrarán en el reino de los cielos. El que se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. El que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.”
“Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al fondo del mar.”
¡Ay de quienes son ocasión de pecado en el mundo! Es inevitable que esto exista. Sin embargo, ¡Ay de aquello que sean ocasión de pecado!
Comienza el taller...: la frase de arrojar al mar me recuerda ciertos hechos que aquejaron a la Argentina años atrás. Pero qué descarado este obispo: dice que hay que ponerle una soga al cuello al secretario de salud y tirarlo al “río” (esa fue una cita textual de un diario argentino.)
Que a nadie se le ocurra escribir una carta a algún gobernante con intención de hacerle ver otros puntos de vista, e incluso la mismísima verdad, porque se las verá con el gran taller de las falacias y mentiras.
Si por ejemplo ud escribe en la carta la palabra “casa” lo tacharán de estúpido norteamericano que defiende la casa blanca y los intereses de los Estados Unidos, imperialista y opresor.
Si escribe la palabra “verdad” se enfrentará a titulares como: “un hombre llama mentiroso al gobierno y a toda la República Argentina”, o “un hombre escandaliza a los jóvenes vendiendo no sé que cosas” o miles más....
Esos son nuestros periodistas, amantes de la Verdad.
Esos son nuestros gobernantes, trabajadores incansables por el bienestar general.
Esos somos nosotros, nadando en este mar de estupideces. (Pido públicamente perdón por haber utilizado la palabra río..... digo mar)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario